Profesionalmente no teme a nada. Es una optimista incurable. Cristina Celestino encuentra inspiración para sus diseños en la ciudad donde reside, Milán. Se graduó en Arquitectura en Venecia en 2005 y pronto comenzó a estudiar catálogos de casas de subastas mientras curioseaba en los flea markets en busca de piezas que acelerasen su ritmo cardíaco. Después de trabajar en varios estudios de arquitectura decidió comenzar a diseñar mobiliario para sus propios proyectos de interiorismo, fundando Attico Design en 2009.
Es la curiosidad innata de Celestino la que provoca que investigue a fondo los objetos. Su modus operandi se basa en la observación y el estudio, y de ellos nace una profunda exploración de las posibilidades vinculadas a los conceptos de forma y de función. Cristina suele incluir referencias tanto históricas como contemporáneas al mundo de la moda, el arte y el diseño. A lo largo de su carrera ha recibido diversos galardones internacionales, como el premio especial del jurado del Salone del Mobile Milano Awards en 2016.
En el teléfono móvil de Cristina hay una carpeta de imágenes llamada “Milano”. Son fotografías que parecen apuntes. Se trata de fragmentos de arquitectura, materiales, detalles vistos casualmente durante un paseo... Es un sistema de archivo que responde al instinto rápido y certero que forma parte del método de trabajo de la arquitecta y diseñadora. Celestino “empieza libremente”, según sus propias palabras, para después completar el proceso creativo con referencias amplias. A partir de una acumulación en parte espontánea, en parte fruto de estudio y conocimiento histórico profundo, se activa de manera natural un proceso de síntesis e interpretación personal que es el signo de identidad de toda la producción de Celestino. Por ejemplo, en su cabeza bailan al unísono la entusiasta preferencia de Adolf Loos por los mármoles de colores (en particular el Cipollino), los recuadros metálicos y el estuco marmóreo (marmorino) de Carlo Scarpa en Venecia, los fulares cuadrados de seda de Hermès, los vestíbulos de los edificios milaneses, Gio Ponti o el propio Duomo. A ello se suma el sello de la italiana: formas geométricas equilibradas, colores suaves y elegancia sin esfuerzo, casi contenida y jovial.
RAQUEL AZPÍROZ: ¿Cuál es el deber ineludible del diseño?
CRISTINA CELESTINO: Interactuar con las personas para hacer sus vidas más estimulantes e interesantes.
RA: ¿Cómo imaginas el futuro del diseño?
CC: Quizás será cada vez más sectorial y especializado; habrá cada vez menos diseño de producto y más diseño vinculado a la investigación de materiales, funcionalidades y aptitudes.
RA: ¿Qué destruye o perjudica este oficio?
CC: La falta de respeto por la importancia de la calidad y el valor del trabajo creativo. A menudo, incluso es culpa de los creativos, que devalúan su propio trabajo o no trabajan con suficiente profesionalidad. Otro problema es que la producción de diseño está llena de imitaciones (la mayoría es diseño vintage, no solo diseño italiano) y es muy triste... No es la forma correcta de mejorar nuestro campo de trabajo.
RA: ¿Cómo se cura una desilusión creativa?
CC: Si puedo, con unas vacaciones cortas. De lo contrario, con una compra compulsiva de diseño.
RA: Seamos serios, ¿es posible divertirse trabajando con firmas como Fendi o Bulgari?
CC: He tenido mucha suerte al trabajar con firmas como Fendi o Sergio Rossi. Siempre me siento muy libre de expresar mi creatividad como arquitecta y diseñadora. La colección Happy Room para Fendi (2016) fue mi primer proyecto para una marca de moda. Fue una gran oportunidad y un gran desafío. Desde el principio, la relación fue muy agradable: confiaron y me dieron total libertad en el proceso de diseño, desde la investigación hasta las piezas finales y la configuración. Fue muy estimulante trabajar con una marca familiar italiana tan femenina, con una herencia tan icónica y relacionarme con Silvia Venturini Fendi.
Exploro diferentes campos, desde la moda a la joyería. A veces mis referencias vienen de la naturaleza, de la energía de los colores, materiales y texturas que ella nos ofrece
RA: El material, la luz, la forma... ¿Cuál es tu herramienta predilecta para crear?
CC: En general me gustan todos los materiales para trabajar y objetos para diseñar. Aunque debo decir que disfruto con la luz y con pensar cómo interactúa con los materiales. También me gusta incluir en mis proyectos de interiores productos o materiales especiales que funcionan de manera similar a los objets à réaction poétique de Le Corbusier.
RA: ¿Cuál es la clave para que un diseño funcione?
CC: Cuando un proyecto funciona y está terminado (en papel), simplemente, puedo sentirlo. Es un sutil equilibrio de volúmenes, materiales y colores a la vez muy precario y nunca predecible.
RA: ¿Cuál es el momento de gloria que más has saboreado?
CC: La exposición de Tram Corallo en MDW 2018 (Cristina reinterpretó los tranvías históricos de Milán imaginando un “Cine Corallo” que circulaba en el distrito de Brera) fue un momento glorioso para mí como diseñadora y no como milanesa nativa, ya que fue una manera de homenajear a la ciudad donde vivo y trabajo fructíferamente.
RA: ¿Por qué coleccionas objetos de diseño?
CC: Me gusta poseer objetos hermosos y muebles. Pero no necesariamente deben ser piezas de los grandes maestros del diseño, también pueden ser objetos anónimos o cosas como conchas o corales, por ejemplo. Para mí es como tener un ábaco de materiales, soluciones estéticas, colores...
RA: ¿Qué aprendizaje compartirías con los nuevos diseñadores?
CC: Se necesita tiempo y mucho trabajo para encontrar el camino propio. Deben elegir las referencias y los maestros correctos a seguir.
RA: Las mujeres y el diseño. ¿Ellas lo hacen mejor?
CC: Creo que las mujeres pueden hacer tanto un buen diseño como un mal diseño, al igual que los hombres. Sin embargo, no soporto la discriminación por el hecho de ser mujer. El género no tiene nada que ver con la profesión. Cada vez más mujeres se establecen en este sector, quizás una vez considerado dominio masculino y puramente técnico.
RA: Si no fueras arquitecta y diseñadora, ¿qué te hubiera gustado ser?
CC: Repostera o florista.