La arquitectura como canal de emociones

La arquitectura como canal de emociones


Como toda expresión artística, las creaciones que se derivan de la creatividad humana tienen un importante impacto en la manera de sentir y de identificarse de las personas que las perciben. La arquitectura no es la excepción, los espacios que nacen a partir de los conceptos y diseños arquitectónicos están vinculados con lo que el creativo desea expresar a partir de los mismos, y quienes conviven en ellos pueden distinguir aquellas emociones que envuelven los muros.


Es con base en lo anterior que ha crecido la tendencia sobre cómo los espacios arquitectónicos pueden influir en la felicidad. La arquitectura para la felicidad fue abordada por el libro del filósofo Alain De Botton, enfocándose en cómo la calidad del ambiente influye en el bienestar integral. La preocupación que plasma en sus páginas es que el diseño solía ser visto como algo frívolo, desconectado de las personas que estarían habitando dichos espacios. Es a partir de esta reflexión que surge una nueva era en la psicología de la arquitectura en la que se busca cambiar la forma de pensar en los espacios y enfocarla hacia cómo se desea hacer sentir a las personas que están en ellos. En pocas palabras: felices.

La belleza es la promesa de la felicidad”. Esta frase, el lema de Stendhal, nace precisamente de la ola de pensamiento que inspira un cambio en el diseño y percepción de los espacios. Aunque no todos los críticos lo han tomado como una opinión positiva, muchos de ellos y arquitectos lo han adoptado como un objetivo auténtico que lleva los espacios arquitectónicos a un nivel emocional y no exclusivamente funcional.

Foto: Bernard Hermant

Esta filosofía sobre todo invita a la reflexión, a analizar y hacer conciencia sobre qué emociones y sensaciones produce un espacio. Lo que es un hecho es que, aunque no sea la intención del creador, cada lugar provoca algo en el comportamiento y en el estado de ánimo de las personas que conviven en él, que bien puede ser negativo, como ansiedad, angustia o tristeza, o positivo, como alegría, energía o pertenencia. De esta manera se busca primero pensar en el objetivo emocional del sitio a diseñar y luego sumar todas las partes que lleven a influir en dicho estado de ánimo. La arquitectura, a los ojos de De Botton es una herramienta para el bienestar.  

Quienes se han sumado a esta tendencia ven la posibilidad de convertir los espacios en algo que produzca placer a quienes los visitan. Desde una casa particular, hasta un lugar público, como un museo, el sitio debe ser más que un ambiente que alberga objetos, debe albergar armonía.

De la teoría a la práctica

El concepto arquitectónico suele crearse a partir de la concepción del diseño, función, tecnología, forma y materiales que lleguen a un orden, a una simplicidad y un balance. No obstante, esta filosofía arquitectónica requiere añadir un paso más a este proceso: cómo incorporar a lo anterior emoción y belleza. Al re-enfocar la visión hacia las consecuencias psicológicas y el impacto emocional que pueden lograr, se llega a otro nivel de interacción con el usuario final, influyendo así en su bienestar y su felicidad.

De Botton idealizó el concepto filosófico, pero quienes lo han llevado a la realidad se han encargado de materializarlo a través de un equilibrio en los espacios que estimule la felicidad de quienes los utilizan. De esta manera, aunque diseñar para la felicidad requiere de un estudio superior, estos siete puntos resumen algunas de sus bases más importantes.

  1. Atención al detalle

Es importante que cada espacio de la construcción final tenga una razón de ser, sin dejar zonas desaprovechadas que inviten a cuestionar sobre la seguridad, la intimidad y la utilidad del mismo. Brindar certeza a los usuarios es clave para proveer tranquilidad.     

  1. Fomentar las relaciones personales

La convivencia es uno de los componentes más importantes para la felicidad, por lo que un espacio debe tomar en consideración la creación de zonas para fomentar las interacciones sociales y el intercambio de ideas.

  1. Temperatura equilibrada

El bienestar tiene mucho que ver con sentirse cómodo y la temperatura es clave para conseguirlo. Conservar una sensación térmica agradable y garantizar un nivel de humedad medio a través de aislamiento, transpirabilidad y ventilación asegurará que los usuarios disfruten estar en el lugar creado.

  1. Iluminación natural

Garantizar la entrada de luz solar y favorecerla por encima de la iluminación artificial reduce trastornos como el insomnio, el estrés, la fatiga y la falta de creatividad. En cambio, favorece la sensación de energía y aumenta la productividad.

Foto: Li Yang

  1. Contacto con la naturaleza

Sentir una integración con el entorno natural provee una sensación de tranquilidad, por lo que vale la pena utilizar materiales naturales en el diseño para crear un equilibrio.

  1. Ante todo sencillez

Los diseños complejos y rebuscados no provocan calma, por lo que se debe mantener una composición que permita a la mente leerla con facilidad, aunque no por ello caer en la monotonía.

Foto: Milica Andrejic

  1. Psicología del color

Uno de los elementos más importantes es la utilización adecuada de los colores. Cada tono y combinación tienen una manera distinta de afectar el comportamiento, las emociones y hasta la salud, por lo que este tema debería de ser extremadamente importante al momento de diseñar.