Casas del mundo

Casas del mundo


La palabra casa, evoca en cada uno diferentes imágenes que reflejan nuestro lugar de origen y contexto. Es sorprendente cuántos tipos de viviendas existen alrededor del mundo, así como entender el porqué de sus características principales.


La capacidad de adaptación al entorno es una cualidad que predomina en la arquitectura vernácula. Las técnicas utilizadas por siglos para cumplir con los propósitos primordiales de una vivienda, no sólo demuestran el ingenio de constructores milenarios, sino que brindan claves para el diseño bioclimático. Preguntar cuáles fueron los motivos detrás de una choza de bambú o las élficas casas de pasto de Islandia, es esencial para diseñar vivienda con sensibilidad al contexto y celebrar otras culturas.

 

Iglú, Ártico

La palabra Inuit, se utiliza para denominar a los grupos étnicos que habitan la región del ártico, norte de Canadá, Alaska y Groenlandia. Sus tradiciones se mantienen arraigadas, a pesar de los cambios del entorno provocados por el calentamiento global. Entre otras cosas son conocidos por la construcción de refugios de nieve llamados iglú, se llevan a cabo cortando bloques de nieve solidificada, los Inuit experimentados pueden construir un iglú en menos de cuarenta minutos. Aunque ya no es el tipo de casa predominante de los Inuit, se utilizan en casos de tormentas de nieve y ventiscas, permitiendo a los grupos de cazadores protección del entorno rápidamente. El interior de un iglú alcanza temperaturas mayores a 20˚C, sobre la del exterior;  esta diferencia puede salvar a una persona del punto de congelación al permitirle conservar su temperatura corporal.

 

Chozas Dorze, Etiopía

 La comunidad Dorze es un grupo étnico de Etiopía, ubicado en la región montañosa de  Arba Minch. Este poblado es reconocido por su habilidad para tejer, y se han convertido en importantes productores de ropa tradicional etíope. Son especialmente sobresalientes en el arte de tejer bambú, al punto de producir sus casas a través de esta antigua técnica. Las chozas dorze son una especie de canastas de 12 metros de alto, que fácilmente se pueden enrollar y cambiar de lugar. A pesar de la humedad del clima montañoso, el uso de fogatas interiores funge como un método para curar el material y prolongar su durabilidad. Cuando la base de las estructuras se desgasta, ésta se corta y continúa funcionando, pueden llegar a durar más de 60 años.

 

Yurta, Mongolia y Asia Central

 En la zona central de Asia, particularmente países como Mongolia, predominan los poblados nómades en la estepa. Estas comunidades requieren casas de estructura ligera, fácil de armar y transportar por lo que han mantenido sus yurtas durante tres mil años. Las yurtas son tiendas estructuradas con madera o bambú, y recubiertas de varias capas de fieltro, pieles y manta. El ecosistema predominante, carente de árboles o colinas que bloqueen el viento, hace de su forma circular una adaptación climática ideal para evitar daños a la estructura. En el centro de la cubierta de la yurta existe un anillo que permite el paso de una chimenea.

 

Casas de Césped, Islandia

El ecosistema y ubicación de Islandia, hicieron de su adaptación arquitectónica una fusión con el paisaje. La técnica vernácula más conocida del país son las casas de césped, cuya implementación data de hace más de mil años. Islandia tenía poca superficie cubierta con bosques, por lo que la madera era escasa y se aprovechaba primordialmente para construir la estructura de las vivienda. Abundaban los pastizales, por lo que se aprovecharon para generar bloques de material constructivo, y como capa aislante cubriendo los edificios. Cuando llegó el siglo XX, la búsqueda de modernización provocó su disminución; sin embargo, cuando la tipología fue nominada como Patrimonio de la Humanidad de UNESCO, se alentó a la población a conservar las casas como un símbolo de enaltecimiento de su cultura.

 

Casas trogloditas, Matmata, Túnez

En la zona sur de Túnez hay una región desértica llamada Matmata, cuya arquitectura vernácula son viviendas subterráneas que asemejan a un cráter. La excavación en roca para crear viviendas es una tradición de varios milenios en la zona. Enterrar las casas permite que se aíslen de las temperaturas extremas del desierto. Antiguamente en tiempos de guerras, la carencia de volumen generaba dificultad para distinguirlas a lo lejos, y pasaban desapercibidas. Cada vivienda se acomoda alrededor de un patio circular a cielo abierto, en torno al cual se desarrolla el programa arquitectónico. Las construcciones de Matmata son famosas debido a su aparición en la saga La Guerra de las Galaxias.