La tendencia de diseño abierto en los hogares no deja de crecer. Cada vez más casas optan por eliminar tantos muros como sea posible y crear espacios amplios en donde las distintas zonas convivan en armonía. Este tipo de diseño, también conocido como open-concept, inició eliminando los muros entre la sala de estar y el comedor, después integró las cocinas y así poco a poco hasta llegar a las recámaras en donde el baño está integrado.
Los beneficios de tener un plano abierto son múltiples, principalmente destacan la entrada de luz natural a la mayor parte de la casa y la sensación de tener más espacio, lo cual se agradece en hogares más pequeños. Asimismo, vale la pena destacar que este tipo de diseños son muy convenientes cuando se tienen visitas, abren más espacio para tener mobiliario de mayor tamaño o más piezas, y amplían las opciones de circulación.
No obstante, los espacios abiertos no siempre son del gusto de todos, especialmente cuando la apertura se lleva a zonas de mayor privacidad. Por ejemplo, muchos departamentos han comenzado a eliminar los muros de las recámaras, integrándolas al resto del espacio. Para ello, ha nacido una subdivisión de este tipo de diseño que se llama espacios abiertos segmentados. Esto consiste en dividirlos sin necesidad de muros o puertas, con el objetivo de diferenciar las áreas por funciones. Para ello se utilizan elementos como cambios de color, de materiales, de iluminación o de niveles; o bien divisores como mamparas, cortinas o biombos. De esta manera los ambientes se conectan entre sí, pero mantienen su individualidad.
En el otro extremo, hay quienes quieren llevar el concepto a su máxima expresión. Las recámaras con baños integrados ya se han convertido en un estándar de lujo en el terreno de los hoteles, pero ahora se comienzan a aparecer en los hogares también. La idea de convertir la habitación en un oasis de relajación le ha abierto la puerta a elementos que solían estar detrás de un muro, como las tinas, lo que brinda una sensación de spa. Poco a poco más elementos han ganado terreno y hoy en día ha ganado popularidad tener en el mismo espacio la tina, lavabo y regadera. La forma de hacerlo es la que más varía, algunos de estos conceptos mantienen un muro divisorio, pero sin puerta para que la circulación sea fluida, otros sólo dejan cerca de la cama una tina con diseño exquisito, y otros colocan una regadera con paredes de cristal en la habitación, siento totalmente fieles al diseño abierto.
De la mano con lo anterior, otro diseño que está ganando popularidad es el de eliminar la división entre interiores y exteriores. La integración de grandes ventanales que se abren ya sea en comedores o salas, y dan paso a una terraza con la decoración igual o similar tanto dentro como fuera está eliminando las fronteras entre dos espacios que solían verse totalmente por separado. La idea es que luzca como un todo, con la diferencia de que una parte tiene techo y la otra no. Exaltar la continuidad también se logra agregando elementos exteriores, como vegetación, a la sección cerrada.
Tips para lograr armonía en un espacio abierto
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Crear agrupamientos: no porque todo esté junto debe estar revuelto. El mobiliario debe quedar dividido de acuerdo con la función de cada espacio. Una vez que está cada grupo separado hay que colocar detalles que los diferencien, por ejemplo, una alfombra que separe la zona de la sala, repisas que marquen el límite del comedor, una barra bien definida en la cocina, etc.
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Personalidad única: aunque no haya puertas, cada sitio debe tener su propia personalidad, por lo que es importante elegir un punto focal que capte la atención de cada área. De esta manera, aunque no haya muros que creen habitaciones separadas, cada una de ellas debe de hacer sentir a las personas que están ahí de una manera diferente.
Como ejemplo podría ser una chimenea o una lámpara de luz cálida puede darle una sensación más acogedora a la sala, mientras que un candelabro llamativo puede atraer a las personas a la mesa del comedor, o un especiero empotrado puede crear el ambiente perfecto para querer cocinar.
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Pasillos marcados: la mejor manera de evitar que las zonas se revuelvan es mantener el espacio entre las mismas. Además de los pasillos para poderse mover entre los muebles hay que considerar un pasillo más amplio (también conocido como espacio negativo) entre un área y otra.
Por ejemplo, para que la sala no se mezcle con una oficina en el mismo plano hay que dejar una separación amplia entre el último sillón y el librero o escritorio que ya pertenece a otra función.
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El poder del color: la armonía visual se consigue más fácil con una misma paleta de color. Aunque cada espacio puede tener su toque único, es importante que se conserve un color base, de preferencia neutro, a lo largo de todo el espacio que se encuentra combinado. Esto acentúa que, aunque cada uno tiene su función son parte de un todo.