¿Restaurar, cambiar o evolucionar?

¿Restaurar, cambiar o evolucionar?


Desde hace mucho tiempo ha existido el dilema entre remodelar un edificio histórico o conservarlo tal cual durante su restauración, para el despacho MESURA la respuesta está en la evolución, no se trata de cambiar el proyecto, se trata de mejorarlo manteniendo sus cualidades.


El Castillo Peratallada (Girona, España) data al siglo X, y a pesar de pertenecer a un particular forma parte del patrimonio nacional y en él se han encontrado vestigios del siglo II a. C. Anteriormente se encontraba en condiciones de abandono, pero para su restauración se necesitaba un propósito para que que fuera sostenible.

MESURA se embarca en la tarea de respetar la historia del lugar, mientras que al mismo tiempo busca llegar a la mezcla homogénea entre lo contemporáneo y la historia. La intervención a la fortaleza fue modesta y neutra, de esta forma, se integra a las formas y texturas existentes. Otro detalle importante fue la luz, fundamental para iluminar las partes protegidas, presentando además una simbiosis que resalta el trazo original.

La fachada y la vegetación necesitaban una renovación, por lo que el despacho agregó una zona de restaurante, terraza y jardín. También equiparon al edifico con electricidad y aire acondicionado para hacerlo habitable, pero siempre basándose en el diseño original. El resultado: un espacio evolucionado con historia.

Peratallada puede traducirse como “piedra cortada” del catalán, y el nombre hace justicia a la obra que, casi sin querer, define la estructura de una de las áreas principales de la reforma. El jardín se divide en tres niveles, dos de ellos están en contacto con dos de los edificios del castillo y el tercero alberga la piscina, para su construcción tuvieron que crear plataformas elevadas sobre el nivel del suelo, evitando así perturbar más de lo necesario la estructura original.

La terraza está rodeada de arquitectura antigua, por lo que buscaron una piedra del mismo tono y color que los muros del castillo, esta decisión aumentaba considerablemente los costos del proyecto por lo que necesitaban una forma creativa para adecuarse al presupuesto, el dilema llegó a oídos de una obra que estaba desechando piedra turca cortada en distintos tamaños, el despacho decidió seleccionar los pedazos que encajaban con la construcción y crearon una especie de rompecabezas de suelo con un borde que nunca acaba de tocar los muros de la finca.