El arte comisionado siempre ha sido parte del espacio público, proveniente de instituciones públicas o privadas. La aceptación o rechazo de las piezas, es un volado y su trascendencia es decidida por los usuarios de la zona.
La gran ventaja de instalaciones y obras de arte en el espacio público es la posibilidad que ofrece, a cualquier transeúnte, de interacción. Dado que ir a un museo o exposición requiere inversión de tiempo y dinero, las intervenciones públicas suelen tener un impacto con mayor apertura. Existen casos donde ocurre el fenómeno de apropiación por parte del público, y obras de arte comisionadas con una temporalidad determinada se convierten hitos. Su permanencia puede trascender el paso del tiempo y pasan a ser parte del imaginario espacial de su ubicación, como fue el caso de la Torre Eiffel.
Actualmente, no existe un consenso general sobre quién debe tomar la decisión de aquello expuesto fuera de un museo, sin embargo, hay claros ejemplos de participación pública que han determinado su temporalidad, importancia y trascendencia.
La curadora e historiadora de arte Mara Holt, menciona que uno de los principales beneficios del arte en espacios públicos, es su capacidad de activarlos. Para ella, un espacio con estas características es el Malecón de Puerto Vallarta (México), donde reside una colección de esculturas de Alejandro Colunga, Sergio Bustamante y Ramiz Barquet, entre otros artistas. La convivencia existente entre los turistas y obras ha beneficiado la afluencia en la zona. El conjunto escultórico La rotonda del Mar, ejemplifica esta capacidad interactiva. Colunga incorporó bancas en la anatomía de los seres que conforman el grupo, permitiendo al visitante sentarse a acompañarlos.
Un antecedente popular entre críticos de arte público es el Tilted Arc, una polémica escultura de Richard Serra. La pieza comisionada en 1981, para estadía permanente en Federal Plaza en Manhattan (Nueva York, Estados Unidos) fue destruída en 1989, tras una serie de peticiones de remoción. La polémica giró en torno al incumplimiento de permanencia prometido a Serra; aquellos a favor de la pieza consideraron su destrucción como una violación a los derechos de expresión del artista. A pesar del debate en cuanto a la decisión final, fue evidente que el disgusto social provocado por Tilted Arc, dictó su fecha de expiración en la plaza.
Fearless Girl, fue un trabajo comisionado por el grupo financiero State Street Global Advisors, a la artista Kristen Visbal, para conmemorar el día de la mujer en 2017. La escultura representa una niña, cuya posición demuestra valentía, al estar enfrentada con el Toro de Wall Street, en la plaza Bowling Green (Nueva York). Aunque la obra promueve el empoderamiento femenino, generó un debate, ya que la empresa misma no ha destacado por sus prácticas laborales en el tema. Quienes defendieron la obra argumentaron que su mensaje tenía más trascendencia que sus orígenes corporativos. A través de múltiples peticiones, el público logró alargar la estancia de la obra por más de un año, cuando originalmente estaba programada para estar una semana.