Es muy probable haber visto esta silla en algún café, en el comedor de una casa, como un objeto escenográfico e, incluso, en algún museo. Es, sin duda, una de las sillas más conocidas y un diseño icónico del que se han fabricado millones de piezas, pero además de su forma reconocible, ¿qué es lo que hace a esta pieza de mobiliario ser tan importante?
Es cierto que los objetos bien hechos no necesitan tener estampado el nombre de quién los creó, adquieren su valor porque a las personas nos gusta usarlos, tienen una buena manufactura y trascienden durante generaciones; la silla no. 14, indudablemente, tiene estas cualidades. Como referencia, y para tener claro el contexto histórico, comencemos hablando de la persona que la creó, Michael Thonet.
El autor
Nacido en Alemania en 1796, comenzó como aprendiz en un taller de carpintería. A los 26 años se independizó para fundar su propio taller, además de fabricar objetos de madera tradicionales experimentaba con chapas de madera curvadas mediante el uso de calor, humedad y pegamento.
En 1836, a sus 40 años, tuvo éxito con su silla Boppard a base de madera doblada. Gracias a esto un año después adquirió la fábrica de pegamento en la que solía comprar insumos para sus producciones. Durante esta buena racha, intentó patentar sus aportes en varios países europeos, sin éxito. Es importante remarcar que la técnica de doblar madera existía desde años atrás, pero la contribución de Thonet fue la creación de objetos de mobiliario ligeros, estilizados, con formas orgánicas y de excelente calidad de manufactura, todo esto con base en el dominio y perfeccionamiento de la técnica de doblar madera.
Durante su trayectoria como carpintero y empresario, su fábrica cerró, reabrió y fue traspasada a sus hijos con quienes constantemente trabajó. Thonet siguió creando nuevos modelos de sillas, con algunos de estos participó en exhibiciones que le valieron algunos premios. Abrió fábricas en otras ciudades alemanas. Thonet fue un empresario exitoso (vendió millones de sus piezas de mobiliario) y a su muerte dejó un gran legado y una empresa que a la fecha sigue funcionando. Curiosamente, los modelos más exitosos de la compañia no usaban pegamento en ninguna parte del proceso.
Dentro de la gran cantidad de sillas que creó, destaca la silla no. 14, también conocida como silla de cafetería no. 14 o, incluso, la “silla de sillas”, presentada en 1859, a la edad de 63 años. Una muestra del dominio de esta proceso y materiales.
Los aportes
La no. 14 no solo es bella, cómoda y resistente. Su éxito fue en gran medida gracias a sus propiedades técnicas. La versión básica estaba fabricada por tan solo seis piezas, podía ser armada y desarmada fácilmente, se podían vender desarmada con un instructivo de ensamble. Para su empaque, almacén y transporte se podían contener 36 sillas desarmadas en un metro cuadrado. En términos comerciales e industriales estas características la convirtieron en un producto legendario.
Fue un producto que se exportó a otros países y conquistó los cafés de varias ciudades. Se cuenta que alguna vez la silla se dejó caer desde la terraza de la torre Eiffel y soportó el impacto. En cuestión de personalización la silla estaba pensada con ciertas piezas intercambiables que generaban variaciones del modelo original. Thonet hizo un bello producto concebido para fabricarse en grandes cantidades y que, por si fuera poco, se valió de una gran mercadotecnia y difusión para darla a conocer por todos lados, a través de catálogos y pósters.
Las seis piezas que conforman el modelo básico son:
- 1 respaldo que a su vez funciona como patas traseras
- 1 soporte para complementar el respaldo
- 2 patas delanteras
- 1 asiento formado por un marco de madera y rafia trenzada
- 1 refuerzo para las patas, uniéndose todos sus elementos con unos cuantos tornillos y tuercas.
Si ahondamos en sus características formales y constructivas, nos encontramos con materiales empleados en su mínima expresión, poco desperdicio, formas estilizadas y una tipología muy marcada y reconocible, las cuales le han ayudado a mantenerse vigente durante la mayoría de las tendencias que la han precedido.
A la fecha sigue en producción y aunque su mejor momento comercial fue hasta antes de la primera mitad del siglo XX, siguió teniendo ventas considerables. La disminución de éstas coincide precisamente con el surgimiento del estilo de la Bauhaus, donde a pesar de que el lenguaje formal mantenía cierta afinidad con la silla en cuestión, durante este periodo se prefirió el tubo metálico, que de igual forma podía doblarse y dar forma a objetos ligeros y de gran resistencia.
El proceso de doblar madera solo puede realizarse con la fuerza humana, debido a que por la dureza y flexibilidad de la madera, hasta ahora solo el tacto del humano puede doblar el material con la fuerza y velocidad adecuada para no romperlo.
El legado
Esta silla icónica se convirtió en la favorita de muchos personajes, Einstein aparece retratado junto a una de ellas en alguna de sus fotos memorables. En el cuadro Au Moulin Rouge, de Toulouse-Lautrec, aparecen dos de estas piezas en escena. Picasso le dedica una serie de bocetos a una de las sucesoras, la mecedora Thonet. El pintor cubista es retratado en su estudio en diversas ocasiones con su mecedora. Una de las sillas favoritas de Le Corbousier era la Thonet no. 209 (diseñada por los hijos), que junto a la no. 14 utilizó en diversas de sus obras y le refirió diversos elogios.
Posterior a la muerte de Michael Thonet, la empresa continuó impulsada por sus hijos, se convirtió en una de los grandes productores de muebles que a la fecha se mantiene. Sigue produciendo y comercializando sus modelos clásicos y posteriormente introdujeron nuevos ejemplares. Durante la época de la Bauhaus, Marcel Breuer diseñó el modelo no. S 32/S 64 y Mies Van der Rohe la silla S 533, ambas para la empresa Thonet.
En el 2009 el diseñador James Irvine hizo un rediseño de la “silla de sillas” para una colaboración entre Muji + Thonet.
Actualmente, la silla no. 14 se sigue comercializando por la marca Thonet con el nombre de un modelo evolucionado que es la silla no. 214.