La reapertura de un grande

La reapertura de un grande


El museo Chillida-Leku reabre sus puertas este 17 de abril, luego de haber sido cerrado hace 10 años. El evento irá acompañado por una exposición, Ecos, que contará con parte del archivo personal del escultor y 40 piezas reunidas en el exterior de la finca, a las que acompañará una intervención del paisajista Piet Oudolf.


La dirección será llevada por Mireia Massagué y la reapertura surgió gracias a la alianza entre la galería Hauser & Wirth (los representantes de la obra desde 2017) y la familia Chillida, que seguirán siendo los propietarios del lugar.

Chillida-Leku está ubicado a seis kilómetros de San Sebastián, España, en la finca de Zabalaga, y nació gracias a un sueño que tuvo el artista después de adquirir la propiedad de la mano de su esposa.

Un día soñé una utopía: encontrar un espacio donde pudieran descansar mis esculturas y la gente caminara entre ellas como por un bosque

El museo está confeccionado sin esfuerzo en una fusión entre el arte y la naturaleza, y la instalación de las esculturas no sigue algún orden específico, formándose como una obra de arte a gran escala. El escultor no quiso realizar una reconstrucción del caserío (que data del siglo XVI), su propósito fue llenarla de una estructura contemporánea, para así, marcar el hoy y el ayer. Después de rehabilitar la finca, conservando su estilo, abrió sus puertas en el año 2000 y 10 años más tarde tuvo que cerrar debido a la crisis económica.

Vida y obra

Eduardo Chillida es un artista originario de San Sebastián, su carrera es el ejemplo del dicho “si tiene que ser, será”, ya que en un principio fue portero de fútbol del equipo de la Real Sociedad, camino que tuvo que dejar por culpa de una lesión. A los 19 años empieza a estudiar arquitectura, para después abandonar la licenciatura y comenzar a dedicarse a la escultura y dibujo como única profesión en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Su trayecto en el mundo del arte da comiezo cuando se traslada a París y conoce a Pablo Palazuelo en 1948. A lo largo de su carrera fue galardonado con reconocidos premios como el Premio internacional de escultura de la Bienal de Venecia en 1958, el Premio Kandinsky en 1960, la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes en Madrid en 1981 y el Premio Imperial en Japón en 1991. Además de todos los reconocimientos, también fue nombrado Miembro Honorario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid en 1994 y Miembro de la Academia de Bellas Artes de París en el 2001.

El museo fue un proyecto que inició en 1984 cuando adquiere el caserío Zabalaga, cuyo jardín cuenta con una extensión de 11 hectáreas. Las monumentales esculturas se encuentran colocadas de tal forma que crean un diálogo entre ellas y con la naturaleza que las rodea. Éstas pueden ser tocadas para sentir sus diferentes texturas e, incluso, pueden ser experimentadas desde dentro gracias a que algunas cuentan con espacio en su interior.

Este año el sueño de Chillida reabre sus puertas y regresa para poner en alto al arte contemporáneo vasco.

Fotos: Chillida-Leku