El tan cada vez más recurrido "Home Staging" consiste en arreglar tu casa para acelerar su venta y hacerlo a mejor precio.
El objetivo: lograr que un inmueble resulte atractivo para el mayor número de compradores potenciales. Se busca montar una escena acogedora, a través de la curaduría de muebles, artículos decorativos e iluminación, en la que las personas sientan el deseo de vivir ahí.
Y aunque no se trata de engañar al cliente, sino de mostrarle el mejor potencial de su futura vivienda; esta técnica consiste en crear ilusiones haciendo que la casa luzca más grande, más brillante, más limpia, más adorable y, sobre todo, que el comprador quiera hacer una oferta al instante.
El Home Staging o Home Styling inició de manera formal en Suecia, hace unas dos décadas, y se ha ido popularizando poco a poco en el resto de países. Con el paso del tiempo se ha podido comprobar que esta técnica permite aumentar entre un 10 y 20% el precio de la vivienda con respecto a una que se ofrece vacía (en el caso de las nuevas) o llena de muebles y recuerdos (en el caso de las ya habitadas); además de disminuir su tiempo de venta a la mitad, en comparación con otras propiedades en la misma zona.
Con pequeños detalles se puede ayudar a las personas a visualizarse viviendo en el hogar que visitan; y puede sonar obvio, pero mejor comentarlo, es importante que cada elemento que se escoja sea de interés para el cliente objetivo.
¿Que quién es el cliente objetivo? Fácil, es el tipo de personas que habitan en la zona en la que se encuentra el inmueble, con la etapa de vida que se puede acomodar (soltero, pareja, familia joven, familia mayor, empty nest) según el metraje y distribución de la propiedad en venta.
Y una vez que se tiene identificado el perfil del siguiente habitante, así como las ventajas y peros que le puede encontrar a la casa, estás listo para iniciar con la manita de gato a tu futura excasa, aquí el ABC a seguir:
Amuebla con lo indispensable, debe de existir mucho espacio para caminar alrededor de las áreas, no ocupes muebles que lo impidan. Si tu casa ya está habitada, quita todo lo que de verdad no sea necesario como por ejemplo sillones extras, credenzas, baúles y mesas auxiliares. Recuerda que ya esta casa es para vender espacio, no para que la vivas tú.
Betuna* con elementos aspiracionales que hagan acogedor el ambiente (siempre en concordancia con los gustos de tu cliente objetivo). Un buen equipo de sonido para soltero, copas para parejas y suaves cojines y mantas, o cunas de diseño para familias jóvenes. Se trata, por un lado, de poner accesorios que oculten o disminuyan la percepción de las desventajas que pueda tener la casa: espejos, plantas, lámparas y tapetes bien colocados pueden revertir los detalles negativos. Y por el otro lado, dar pequeños guiños de comodidad como unas toallas finas y juegos de jabonera y crema para manos en el baño, la mesa delicadamente puesta, un bowl lleno de frutas deliciosas en la cocina y algún recetario por ahí.Cautiva la mirada y la mente de los visitantes con algún gancho visual que no puedan olvidar y colócalo en la mejor área de tu casa. Esto permitirá que su atención se centre en la mayor ventaja del inmueble y, también muy útil, que permanezca ese espacio en la memoria del cliente. No podemos ignorar que una persona promedio visita entre 20 y 30 opciones antes de comprar, es difícil que recuerden todo lo que ven; así que necesitas que la tuya sobresalga del resto y esto se logra con una escultura llamativa, algún cuadro o lámpara impactante, o una textura o color diferente en alguna pared.
Como verás, una casa en venta se puede transformar en el lugar soñado del comprador con pocos pasos, pero bien direccionados. No está demás que pidas el consejo a algún diseñador de interiores, ya que además de tener el ojo entrenado y estar al tanto de las tendencias del mercado, será ajeno a los recuerdos familiares que tengas ahí y le será mas fácil transformar tu casa en un objeto de deseo.
*Nota del autor: Betuna es una palabra que existe, pero está en desuso, ahora se utiliza embetunar, pero no pude evitar la tentación de escribirla. No es que no existiera la palabra con B, en vez de “Betuna con” se pudo haber utilizado “Brinda”.