Si hay algo en donde se pueda ver la esencia de un arquitecto es en la casa que construye para sí mismo, un proyecto en el que pueden dejar volar su imaginación y hacerlo como realmente quieren sin tener que cumplir con alguna expectativa. Un vistazo a la mente de los genios de la construcción y el diseño, espacios tremendamente íntimos que al mismo tiempo se vuelven modelos de inspiración para el futuro. Sumérgete en estos siete hogares.
Zaha Hadid fue la primera mujer en recibir el Premio Pritzker de Arquitectura. La iraní desafió los modelos de belleza y formó sus propios patrones alrededor de la seducción de la forma; conocida por su estilo futurista.
Aunque la arquitecta residía la mayor parte del tiempo en Londres, en 2010 compró dos departamentos (para hacerlos uno) en Miami y los rediseñó por completo llenándolos de curvas. Las ventanas, que van del techo al suelo, inundan de luz el lugar que está cargado de colores neón y muebles diseñados por ella misma; las mesas de vidrio Liquid Glacial, las luces Aria y Avia y los sofás Zephyr. Cuenta con tres habitaciones y cuatro baños, una cocina mucho más simple (con líneas rectas que se sale un poco del estilo de la diseñadora), y vistas al océano Atlántico, en concreto a la playa W.
Daniel Libeskind es un arquitecto estadounidense conocido por realizar el Berlin’s Jewish Museum y por ser seleccionado en el 2003 para el master plan del área Ground Zero en Nueva York.
Su residencia está ubicada en Tribeca, Manhattan, y es un loft que fue diseñado por Alexander Gorlin (un suceso interesante y poco visto ya que la mayoría de los creativos prefieren hacer sus diseños), pero no fue un observador pasivo, estuvo bastante involucrado en la obra y de la mano de Gorlin llegaron a un estilo moderno que recuerda a Le Corbusier y Mies van der Rohe.
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La Casa Melnikov está ubicada en Moscú y es considerada un representante del avant-garde ruso. Konstantin Melnikov fue un arquitecto cuyo enfoque se volcaba en el diseño expresionista, la mayoría de su trabajo fue construido entre 1923 y 1933, entre ellos su residencia, que no solo es reconocida por su diseño sino también su por su historia. Melnikov fue de las pocas personas que pudieron conservar sus tierras tras la caída de la Nueva Política Económica de Lenin, y lo que más sorprende fue que el diseño poco convencional fuese aprobado por los planificadores de la ciudad ya que en esa época se aplaudía la uniformidad.
Su forma es cilíndrica y cuenta con casi 60 ventanas hexagonales, dando la impresión de ser un panal de abejas. Su forma y el sistema de acristalamiento empleado hizo que se eliminara la necesidad de dinteles estructurales o marcos, los vacíos que aparecían en las ventanas fueron rellenados con arcilla agregando masa a las paredes, ayudando de esta forma a controlar los distintos climas que presenta el país.
La casa de Mario Bellini se encuentra en un edificio del siglo XIX, en Milán, remodelado por Piero Portaluppi. El milanés es famoso por su amor al arte y literatura, por lo que su casa esta construida en torno a una biblioteca de nueve metros a la que se sujeta un sistema similar al de un andamio que contiene una escalera. Además, cuenta con murales abstractos que contrastan y combinan con el antiguo estilo del lugar.
Bellini es un arquitecto y diseñador que recibió el Golden Compass Award en ocho ocasiones y 25 de sus obras se encuentran en la colección de diseño permanente del MoMA, Nueva York.
Luis Barragán es uno de los arquitectos mexicanos más importantes y su casa es una referencia arquitectónica contemporánea. El ganador del premio Pritzker la construyó en 1948 y en el 2004 entró en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO (el único inmueble en Latinoamérica que ha logrado tal distinción). Una obra maestra dentro del movimiento moderno y uno de los sitios más visitados de la Ciudad de México, el ahora museo, comprende la residencia y taller de Barragán y cualquier amante del arte puede ir a conocerlo con reservación previa.
El arquitecto Leo Qvarsebo diseñó una casa de verano para él y su familia en Dalarna, Suecia. Una especie de casa de árbol para adultos (como Qvarsebo se refiere a ella), de forma triangular y superficie de 85 metros cuadrados. La cocina está al aire libre, el dormitorio principal cuenta con una ventana que hace parecer estar debajo de las estrellas, contando en total con ocho habitaciones y tres terrazas.
Para su construcción se utilizó la madera, tanto en el exterior como el interior, los muebles fueron construidos en el sitio, las puertas y ventanas son de segunda mano, en el interior, las paredes y el piso están cubiertos con madera contrachapada, mientras que el exterior es de pino sueco.
Ryo Yamada creó Nakanosawa Project, una casa ubicada al norte de Japón. Su diseño de madera fue pensado por el cambiante clima de la zona (veranos calurosos e inviernos helados de hasta cinco metros de nieve), por lo que el uso de madera fue fundamental y, como un homenaje a la tradicional arquitectura japonesa, todo su interior está realizado con el material.
Puentes, pasadizos y un paraíso para los más pequeños, es una casa adecuada a pasar largos periodos en su interior por culpa de las nevadas. Parte de su encanto es que en su interior parece que se pueden agregar casitas de árboles y dentro de lo simple que pueda parecer, su complejidad se puede apreciar en el uso de las costumbres japonesas, el sueño de Yamada es que nunca sea completada.
