De selección natural

De selección natural


Koichi Takada se inspiró en Dahl Misfir, una de las cuevas más emblemáticas de Medio Oriente, para crear Los interiores del Museo Nacional de Qatar. Transitar el espacio crea la misma sensación que explorar esta caverna; tonos arenosos, paredes sinuosas y corrugadas, y techos altos con escapes de luz natural. Para construir la torre de departamentos Sky Tree en Los Ángeles, Takada retomó la forma de los viejos árboles del bosque Redwood en California. Su trabajo usa el diseño para imprimir un sentido de naturaleza en la arquitectura. Reproduce formas, dice, que quizá futuras generaciones nunca verán.


Nuria Ocaña: Naciste en Japón y gran parte de tu formación académica fue en Nueva York y Londres. ¿Cómo se mezclan estos mundos en tu trabajo?

Koichi Takada: Crecí en Japón, a orillas del Río Tama, al oeste de Tokio. Los jardines japoneses son muy orgánicos, en cambio en Occidente y América Occidental tal vez, sus diseños son muy estructurados. En mi trabajo intento traer esa cualidad orgánica del diseño que aprendí y experimenté de niño.

NO: Entonces, los jardines son la imagen más significativa de Oriente para ti.

KT: Sí. Necesitas entender cómo funciona la naturaleza para poder diseñar.

NO: ¿Y tus mayores influencias de Occidente?

KT: La arquitectura clásica. Soy admirador de la obra del italiano Francisco Borromini. San Catalino, por ejemplo, es una construcción que logró humanizar las iglesias; además, el diseño y los patrones geométricos que incluye, de alguna manera, también le dan un sentido orgánico.

Este edificio fue un acto de rebelión para el arquetipo de la época. Todos buscaban crear un círculo perfecto, pero Borromini lo deformó y lo convirtió en algo natural. Me gusta esta forma de diseñar porque humaniza la arquitectura y genera una conexión con las personas que experimentan las obras.

Todo lo que puede generar emociones es esencial para nuestro trabajo. Mira diferentes ciudades alrededor del mundo, la globalización ha construido edificio tras edificio. Nosotros buscamos traer esas emociones de vuelta a la arquitectura.

NO: ¿El hecho de retomar las formas y movimientos naturales es un acto de protesta contra el mundo de esta globalización?

KT: Me interesan mucho las diferentes formas en que la naturaleza se hace presente en las ciudades. Cuando miras cómo crecen los árboles entre las calles, por ejemplo, descubres su capacidad para adaptarse a diferentes ambientes. Algunos son incluso más altos que los mismos edificios o casas, y es fascinante entender cómo es que la naturaleza se adapta. Me emociona, sobre todo, pensar en cómo la arquitectura del futuro puede inspirarse en estas formas orgánicas.

NO: ¿La naturaleza se ha convertido en un lujo bajo las condiciones sociales de hoy?

KT: Sin duda necesitamos cuestionar la relación entre los ambientes naturales y artificiales. Pensar en introducir la naturaleza de regreso a las ciudades es un lujo porque cada vez tenemos menos elementos naturales allí. Por eso necesitamos recurrir al diseño, preguntarnos cómo se puede reintegrar dentro de las limitaciones del espacio. Hay muchas maneras para hacerlo… tener luz natural, ventilación mediante el viento.

El mundo actual se basa en edificios metálicos y en algunos de ellos ni siquiera se pueden abrir las ventanas, así que lograrlo es casi como traer el campo de vuelta a la ciudad. Construir y aportar a esa relación entre la ciudad artificial y los entornos naturales es quizá la forma en que la arquitectura puede contribuir al futuro.

NO: Has hablado sobre tu interés de crear un balance apropiado entre el diseño de interiores y la obra misma. ¿Puedes ahondar en este punto?

KT: En el despacho diseñamos, idealmente, de adentro hacia afuera. Es decir, diseñamos desde los interiores hasta los exteriores en relación con la ciudad. Por lo regular, los arquitectos no se encargan de hacer interiores, pero el diseño en conjunto de interiores, exteriores y paisajes, se relaciona con el plan maestro de la ciudad y esto es de gran importancia.

El interior no se refiere solo a este espacio físico, sino que crea un diálogo entre la arquitectura y lo que hay más allá de la ciudad.

Cuando diseñas interiores tienes la oportunidad de decidir cómo introducir la naturaleza en la obra y cómo hacer que ésta interactúe con la obra misma. Con la tecnología puedes simular la cantidad de luz solar que recibiría el edificio, calcular el viento… encontrar cómo estos patrones pueden mejorar nuestra forma de vivir. La arquitectura no es sólo la parte externa. En realidad se trata de una interacción entre el interior y el exterior.

NO: Después de construir en varias de las ciudades más importantes del mundo, ¿por qué decides establecer tu firma en Sídney?

KT: Esta ciudad tiene un hermoso equilibrio entre la construcción como ciudad y la naturaleza. Y esa dualidad crea, a la vez, un hermoso balance en el estilo de vida. Además, la ciudad es muy joven. Se celebran las diferencias y predomina una sensación de libertad en el diseño porque existen muchas oportunidades que todavía no se exploran. Experimentar libertad en el diseño es una sensación maravillosa. Es una gran ciudad en un gran momento.

Takada ha colaborado también con el reconocido arquitecto Kengo Kuma en el desarrollo Mistery, bajo la firma Crown Group.

NO: Con 46 años, tu portafolio incluye varios de los países con mayor peso en la escena global. ¿Te imaginas con el Pritzker?

KT: Pienso que los arquitectos ganadores del Pritzker representan una forma de diseñar el mundo. Pero existen otras formas para hacerlo. Yo estoy interesado en explorar esas formas. Es posible que esto, eventualmente, te lleve al reconocimiento de una organización como la Fundación Hyatt u otra institución, pero nuestro trabajo contribuye a crear el mundo y, bajo ese parámetro, depende de las personas decidir qué logro alcanzamos.

Como arquitecto, estoy aprendiendo constantemente. En la mayoría de lugares a donde he viajado, aprendo cómo la gente habla con sus propias ciudades. Nunca llegas a ser un maestro, a dominar todo. Y reconocer eso es muy emocionante. Creo que es la razón por la cual me interesa tanto la naturaleza. La naturaleza necesita cambiar constantemente, necesita encontrar  la manera de sobrevivir sin importar lo que venga.

NO: Si no fueras arquitecto, ¿cuál sería tu profesión?

KT: Me gustaría dedicarme al ciclismo, en parte, porque implica atravesar diferentes paisajes. También entender la topografía, no solo como un elemento visual, sino experimentar el poder del paisaje con el cuerpo. Soy un ciclista dedicado y he comprobado que, con frecuencia, las mejores ideas provienen de estar al aire libre.