Frente a un embalse construido para almacenar agua se encuentra Floating Cubes, en Corea del Sur, un proyecto encomendado al despacho Younghan Chung Architects. Aquí, el objetivo giró en torno de hacer las paces con la naturaleza y crear una nueva relación frente a la reserva que apenas comienza a retomar su estado primitivo.
El propósito fue presentar un plan de vivienda que borrara el límite preestablecido ante el espacio acuático, que no solo proporcione una experiencia visual, sino también física a través de las distintas actividades que se implementaron para crear una relación con el lago artificial.
La casa está conformada por siete cubos de 3x3, suspendidos sobre el agua. A ninguno se le puso una función fija y sus habitantes pueden acomodarlos a su parecer durante su estadía. Cada espacio se entrelaza a diferentes alturas y ángulos, que crean la ilusión de estar caminando sobre el terreno original. La luz es una pieza fundamental de la obra y se ve reflejada en sus múltiples ventanas, tragaluces e, inclusive, la pequeña piscina sobre la que se encuentran los cubos, donde pusieron unos focos que crean un efecto difuminado entre la frontera de la tierra y el agua.
De modelo de construcción ligero, utilizaron materiales como la madera y el acero, su acabado exterior lo realizaron en panel de aluminio y el interior fue pintado sobre dos láminas de pladur con acabado de uretano.