De Brasil al mundo, el legado de Oscar Niemeyer

De Brasil al mundo, el legado de Oscar Niemeyer


Brasil es un exponente cultural a nivel internacional, su arquitectura es una de las principales. Grandes mentes han creado su camino en la escena, entre ellos Oscar Niemeyer (Río de Janeiro, 1907-2012). El arquitecto logró posicionarse como un ilustre del movimiento moderno, influenciado por Le Corbusier, sus obras reflejan su cosmovisión y reflexión sobre la existencia y el cambio.


Su inspiración

Visualmente, jugaba con diferentes figuras geométricas, mezclando medios círculos, líneas simétricas, pirámides y líneas curvas. Algunas de sus obras, incluso, buscaban reflejar parte de la naturaleza, como la silueta de un pájaro, la cual se puede ver reflejada en algunos de sus edificios ubicados en Brasilia.

De acuerdo con los Premios Pritzker, su trabajo era concebido como una escultura lírica que brindaba un resultado similar a una escultura de forma libre. Cuando el arquitecto recibió este premio expresó que siempre había respetado todas las escuelas de la arquitectura, incluyendo las estructuras elementales de Mies van der Rohe y las imaginativas y delirantes de Gaudí.

Yo debo diseñar lo que me de placer a mí, en una manera que esté naturalmente ligada a mis raíces y mi país de origen.

Niemeyer se distinguió por buscar una estética lo más diferente posible a lo que ya existiera, aunque al describir sus piezas solía mantenerse modesto. Incluso en una entrevista que dio en 2001 dijo: “Si vas a Brasilia es posible que no te gusten los edificios, pero no puedes decir que alguna vez hayas visto algo similar. Y eso es de lo que se trata la arquitectura: de invención”.

Su obra 

El paisaje de Brasil se pinta con las obras del arquitecto, pero en particular, Brasilia cuya aportación fue crear el concepto de la ciudad. Con el cambio de capital en los años 50, el presidente Juscelino le pidió crear los edificios públicos de la metrópoli, mismos que se han convertido en iconos del país, como el Congreso Nacional de Brasil, la catedral de Brasilia, el Palacio de Planalto y el Palacio de Alvorada. La ciudad ha sido reconocida por la UNESCO como Patrimonio Mundial.

Dentro de sus obras internacionales destaca su participación en el diseño de la Sede de la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York, donde trabajó de la mano de Le Corbusier. Su crecimiento se disparó cuando el alcalde Belo Horizonte le encomendó que realizara una iglesia y un casino a lado del Lago de Pampulha. Este conjunto definió el estilo del arquitecto que se convirtió en tendencia, en particular los detalles de la Iglesia con líneas rectas y curvas mezcladas, mientras que su interior fue adornado con azulejos pintados a mano.

Oscar Niemeyer International Cultural Centre

También merece la pena mencionar el diseño del Parque Ibirapuera en São Paulo en 1951, con el que se conmemoraron los 400 años de la ciudad. Considerado uno de los parques más bellos del mundo, la idea detrás del espacio era conjuntar una gran área verde a la mitad de la ciudad con espacios destinados a exposiciones. Dentro del parque, los espacios de La Marquise y el Auditorio son considerados de los más icónicos del estilo modernista brasileño liderado por Niemeyer. Aunque la mayoría de sus proyectos fueron obras públicas, uno de los más importantes fue el llamado Casa Niemeyer, gracias a él se posicionó como un revolucionario de la arquitectura, lo cual plasmó más adelante (1991 - 1996) en obras como el Museo de Arte Contemporáneo de Niterói, cuyo diseño se basa en una pirámide invertida, y es uno de los más aplaudidos del artista.

En su ciudad natal se pueden apreciar varias obras de su autoría, en su mayoría casas unifamiliares, pero también edificios públicos como el Sambódromo de Río de Janeiro, el Ministerio de Educación y Obra de la Cuna, que fue su primer proyecto construido en 1937.

Museum Oscar Niemeyer

Su vida

Niemeyer estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Río de Janeiro en 1929, misma que en 1931 fue dirigida por el prestigioso arquitecto Lucio Costa. Éste fue quien le dio su primer trabajo, juntos desarrollaron el pabellón de Brasil durante la Feria Mundial de Nueva York y más adelante fue con quien trabajó cuando se comprometió a la transformación de Brasilia como ciudad capital.

Durante la creación de la nueva Brasilia, el carioca quedó a la cabeza de la escuela de arquitectura de la Universidad de la ciudad. Sin embargo, durante el golpe de estado de 1965 se vio obligado a renunciar al cargo, ya que su ideología política chocaba con la nueva línea del gobierno de corte militar. Durante la dictadura, Niemeyer abandonó el país durante 20 años, motivo por el cual durante la década de los 70 abrió un despacho en París. Con estas oficinas realizó obras en Francia como la Sede del Periódico l’Humanité y el Centro Cultural del Le Havrel. Este es el momento en el que el arquitecto comienza a plasmar su visión fuera de su país, llegando a países como Argelia y Malasia.

Catedral de Brasilia

A pesar de tener un espacio sólido en Europa, Niemeyer siempre tuvo el corazón en Brasil y en cuanto la dictadura llegó a su fin (en la década de los 80) no dudó en volver. A su vuelta de inmediato comenzó a realizar múltiples espacios públicos en donde dejó una nueva marca que reflejaba su experiencia. Dos años después de su regreso, en 1987, Brasilia es nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Un año después, el arquitecto es galardonado con el Premio Pritzker. Durante la época en la que regresó a Brasil fue cuando creó los sambódromos de Río de Janeiro y de São Paulo, el Panteón de la Patria y el Memorial de América Latina, donde colocó una escultura que representa una mano con una herida de la cual sangra Latinoamérica.

Niemeyer no dejó de trabajar sino hasta que su salud evitó que continuara, pero incluso después de haber cumplido 100 años siguió activo, participando en numerosos proyectos, formando parte del panel para la elección del logo del mundial de Brasil en 2014. Lamentablemente, falleció dos años antes de que se llevara a cabo el evento.