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Tanto Carlos como Whitney son personas que aprecian el diseño, la arquitectura y los viajes. Vivieron en Nueva York durante cinco años pero siempre imaginaron tener una segunda casa cerca de la naturaleza. Antes de ser padres decidieron mudarse a vivir a Los Ángeles, justamente por la proximidad con ésta, y fue durante un viaje a Joshua Tree que se enamoraron del entorno del Parque Natural y comenzaron la búsqueda de la casa perfecta.

Los alrededores de este parque están salpicados de casas con estilo adobe, los tonos tierra y neutros son los absolutos protagonistas de esta zona donde se ancla la vivienda. Tan solo hay un elemento diferenciador de un tiempo a esta parte: la vivienda ecológica (disponible en Airbnb) Casa Mami, a tan solo 7,5 kilómetros de Pioneertown, un pueblito que se construyó en la década de 1940 como si fuera un set de película del Viejo Oeste.

Antes de sobresalir en pleno desierto, ésta era una casa más, una vivienda de pueblo que pasó a ser una casa de diseño y ecológica sobre un terreno de dos hectáreas. Y es ecológica porque es totalmente sostenible, trabajando con energía solar, tanque séptico y tanque de agua. Y aunque todo esto presenta desafíos a la hora de la instalación, es todo en pro del medio ambiente, según ellos, te hacen un poco más consciente de tu consumo.

En vez de terracota, optaron por pintarla de blanco y negro, acompañando espacios y zonas de exterior con grava en tonos grises. El espacio, con tan solo dos habitaciones es moderno, pero rinde un homenaje al desierto en el que está enclavado, gracias a una paleta neutral y las texturas orgánicas.

Además, tomaron prestado el uso del color de Luis Barragán, con un guiño especial hacia México, de donde Brown es originaria, escogiendo por este motivo el nombre en español, Casa Mami.

De color marrón, con muebles anticuados, una cocina horrible, admiten que el entorno hizo la mayor parte del trabajo pesado, ya que la casa está rodeada de rocas, plantas espinosas, contrafuertes y millas de montañas escarpadas protegidas.

Aunque estaba lejos de ser como ellos la imaginaban, la mayor parte de las transformaciones que tenían que hacer eran meramente estéticas, como por ejemplo el cambio de la cocina a una pared sencilla y moderna (inspirada en su apartamento de Nueva York) y optimizar el espacio del área del comedor para que los invitados puideran estar más cómodos.

Otra cosa importante fue integrar la belleza de los alrededores a la casa; reemplazaron las puertas corredizas del patio para que los huéspedes puedan sentarse cómodamente en la sala de estar junto a la chimenea, disfrutando de las hermosas vistas del desierto.

Por otro lado pusieron mucha atención a los detalles, ya que creen firmemente que tienen más importancia de la que pensamos. Bisagras, herrajes de puertas, interruptores de luz marcan la diferencia. 

En cuanto al estilo, lo definen como sencillo, limpio y moderno con inspiración vintage. Hay un ligera vibra mediterránea que contrarresta el paisaje seco, áspero y desértico. La mayoría de las cosas alrededor se mezclan, pero ellos querían destacar.

Y para más datos, casi todo lo que hay en la casa, desde ropa de cama y utensilios hasta mobiliario y objetos de arte, está disponible para su compra.

Su idea, desde un principio, era curar cuidadosamente la casa con algunos de sus diseñadores, marcas y productos favoritos, de manera que sirviera como una sala de exposición para los huéspedes, porque, ¿quién no ha querido en más de una ocasión llevarse lo que encuentra en la habitación de un hotel? Por lo que decidieron, que la mayoría de las cosas que pueblan la casa estén disponibles para la venta. Lo que convierte a este Airbnb en un salón de exhibición totalmente habitable.

Pero aunque Casa Mami pueda ser una residencia de vacaciones, fue diseñada con la esperanza de que los huéspedes se sientan como en casa, al igual que la pareja cuando se encuentra allí.