Con h de habitar

Con h de habitar


Habitar en Calabria es establecerse firmemente en el paisaje mediterráneo. La región calabresa es la parte más meridional de la Italia continental que sobresale entre los mares Tirreno y Jónico. Se define a través de una península larga y estrecha con el macizo de Aspromonte en su extremo sur, bordeado por el mar en tres lados. La estructura montañosa está llena de crestas, con terrazas que se asoman y descienden hacia el mar. Una de estas crestas es donde encontró su lugar esta villa, a unos 300 metros sobre el nivel del mar, divisando las montañas al oeste y anclándose a la tierra por antiguas rocas de granito.


Concebida como una “casa que mira”, Villa Ra, como la bautizaron, es una estructura compacta salpicada por aberturas que enmarcan el paisaje. Y esa fue, claramente, la intención del diseño del despacho de arquitectura Morq, fundado por Matteo Monteduro, Emiliano Roia y Andrea Quagliola, con base en Roma, Italia y en Perth, Australia. Algo muy típico de una vivienda mediterránea, donde la comprensión de una relación con el lugar tiene un papel protagonista en la concepción y expresión de su resultado. La respuesta: la vivienda pretende ser parte del paisaje en su conjunto, en lugar de ser un elemento autónomo ajeno al ambiente. En este caso, en vez de tratar de imitar literalmente el paisaje, el proyecto se basa en la tradición de la villa italiana y los tonos neutrales de la tierra donde se encuentra.

Continuidad visual y táctil entre paisaje y arquitectura.

En este tipo de construcciones tradicionales, las villas, el diseño se basa en una organización axial como elemento principal. Esto ayuda a definir el proyecto no solo desde el punto de vista arquitectónico sino también en su disposición programática. El eje norte-sur organiza una serie de tres espacios, y ofrece diferentes niveles de exposición con una progresión gradual hacia la vista del mar. Al acercarse por la casa desde el lado noroeste, su apariencia, por el contrario, se siente bastante cerrada, siendo el efecto de una pared independiente de 600 milímetros de espesor, la cual protege el patio de entrada del viento del norte. De esta forma aporta una sensación de seguridad. El patio cerrado actúa como amortiguador entre el paisaje y la construcción, y aquí es donde comienza la secuencia de la vivienda. 

Villa Ra propone un enfoque alternativo a la vivienda en el paisaje rural de Calabria,y el mayor reto que representó el proyecto, según cuenta el despacho a Container, fue entender el paisaje.

La sala principal es la introducción con el mundo interior. El salón se abre al pórtico, el espacio final definido a lo largo de este eje, difuminando este último la delineación entre exterior e interior (característica típica de villa italiana, actuar de umbral entre la sala y el paisaje). Este pórtico tiene dos grandes aberturas y dos ranuras en el techo que permiten al sol trazar sombras durante todo el día. 

El segundo eje, el que va de este a oeste, organiza los espacios como cocina, sala de estar y dormitorios. En la intersección de los dos ejes convive la sala de estar, el corazón de la casa. Las condiciones climáticas del lugar presentan vientos fuertes desde el noroeste y sol directo desde el sur, por eso es tan imporante su disposición axial y la profundidad de la construcción, ya que juntos crean un filtro pasivo para el control climático. Los vientos se ven frustados por los sólidos muros que dan la espalda al noroeste, pero cuando es necesario, las grandes aberturas facilitan la ventilación cruzada. La masa térmica de las gruesas paredes mitiga el paso del los días calurosos y las noches frescas, mientras que las aberturas evitan una sobreexposición al sol directo.

La paleta de color de la villa cuenta la geometría simple que define a la construcción, cambiando de matices durante todo el día y revelando su movimiento a través de sus sombras.

La articulación del espacio interior y exterior se resuelve a través de un volumen sólido; una arquitectura con base en Cocciopesto, un tipo de yeso cromáticamente similar al suelo. No solo basado en este material, el proyecto se encuentra en un lecho de piedra local triturada. Los alrededores se desarrollan en torno a rocas de granito, robles, matorrales y pasto silvestre. Una flora más exótica, con especímenes como el nopal, fue introducida en la región hace siglos, y rodea las áreas del jardín cercano a la casa. Las palmeras datileras sirven como postes, permitiendo que la vivienda se vea de lejos.

Ra es la abreviatura del apellido del cliente, pero Ra se refiere también a la divinidad del sol para los antiguos egipcios. En este proyecto el sol tiene un papel muy importante, por lo que por un lado complace al cliente (con privacidad) y es un homenaje al astro rey. –Emiliano Roia

Y no nos olvidemos de la paleta de color, la cual revela la geometría simple del edificio y crea una continuidad visual y táctil entre el paisaje y la arquitectura; monocromo pero vibrante. Villa Ra cambia de matices durante el día, respondiendo a la tierra y al sol, y revelando su movimiento a través de las sombras y los cambiantes matices materiales.

El despacho se pregunta con frecuencia la razón de su interés por las materias primas y naturales, y la respuesta, según nos cuenta Roia es siempre la misma: “Roma. Estos son materiales que te cuentan una historia; materiales lavados por el tiempo; materiales con sensación y textura natural. Este contexto nos rodeó desde jóvenes, lo registramos de manera inconsciente y ahora resuena en nuestro trabajo”. “También nos preocupamos por la investigación y los materiales personalizados, que a menudo nacen de conversaciones con artesanos que nos encontramos por el camino. Creemos que el uso de solo unos pocos materiales genera una especia de fondo armonizado, un escenario cotidiano que a su vez pone énfasis en el espacio y la vida de los habitantes”, y, sin duda, este es un perfecto ejemplo de su esencia.

Las palmeras forman parte de la flora del lugar, y se utilizaron para delimitar la propiedad, sirviendo como marcadores y que la casa pueda ser vista desde lejos.

La vivienda pretende ser parte del paisaje, y trata de imitarlo (literalmente), divisando las montañas desde un lado y el mar desde su contrario.

Desde un principio Villa Ra fue concebido como lugar para disfrutar del las virtudes del espacio de forma armoniosa, y no solo con el paisaje sino con la tradición de vivir aquí. Su atmósfera se define como serena.

Ubicación: Calabria, Italia | Año: 2019 | Arquitectos: MORQ  | Arquitecto paisajista: MORQ | Ingeniero agrónomo: Luciano Chiarella. Jardinero: Pepe’ Aversa | Área total: 400 m2 | Área del lote: 2 ha