Bien dicen que es malo juzgar un libro por su portada, ‘T. Taller de cocina’ es prueba de ello, detrás de una puerta doble grafiteada se encuentra un espacio que le hace una oda al diseño y a la gastronomía.
El equipo de Architects Sol89. presentó en Sevilla un interiorismo que orbita alrededor del verbo cocinar, gracias a esto, la obra se resuelve en un taller de cocina en el que además de gastronomía también se pueden degustar catas de aceite y vino (por mencionar algunos). El espacio se conecta a través de un pilar que marca su centralidad por medio de geometrías circulares y concéntricas, dándole carácter al recinto.
El local, debido a su reducido tamaño, concentra la mayor parte del área en el espacio didáctico, las demás partes son un vestíbulo, una recepción, un baño, una zona de almacenaje y una oficina, todas de menor espacio para darle toda la importancia al taller. La luz tenue y los colores limpios acompañan las curvas de su diseño. Sus muros de ladrillo respetan la historia constructiva del edificio y de la calle Boteros (donde está ubicado).
Entre los muebles fundamentales se encuentra la mesa de los comensales, realizada con madera proveniente de Sevilla y que está posicionada en un suelo elevado quedando presidida por la mesa del cocinero. El biombo (también de madera) y la mesa son prácticamente los únicos adornos del T. Taller, que a su vez, le dan todo el carácter al espacio gastronómico.
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