Attolini Lack: cuando la arquitectura y el diseño se encuentran

Attolini Lack: cuando la arquitectura y el diseño se encuentran


14 piezas arquitectónicas resaltan en la primera exposición que se centra en la faceta del arquitecto mexicano, Antonio Attolini Lack, como diseñador de mobiliario, en la que también se incluyen otros accesorios de su acervo.


Antonio Attolini Lack (1931-2012), es uno de los más interesantes ejemplos del desarrollo y evolución del lenguaje arquitectónico en el siglo XX mexicano. Habiendo incursionado en prácticamente todos los géneros arquitectónicos y dialogado tanto con el funcionalismo moderno como con el neocolonial mexicano, supo sintetizar ambas corrientes para desarrollar un lenguaje propio hoy inconfundible.

Mi padre antes que arquitecto era un artista. Él tenía otra perspectiva de la arquitectura. Pudo haber sido arquitecto sin haber estudiado, lo llevaba en la sangre. –Bosco Attolini, hijo del arquitecto durante la presentación de esta exposición.

Autor de innumerables obras, casas y edificios, sobresale la famosa Iglesia de la Santa Cruz del Pedregal de San Ángel. Comenzada por su maestro José Villagrán y terminada por Attolini después la muerte de éste; fue uno de los primeros ejercicios del arquitecto donde realmente diseña todo, absolutamente todo, desde la lámpara principal y las demás, hasta las sillas, los tapetes y un largo etcétera. La Casa Gálvez y el edificio de la Asociación Mexicana de Automovilistas, son otras que se pueden mencionar dentro de su obra, pero también diseñó picaportes, bisagras, joyas y textiles.

Iglesia Santa Cruz del Pedregal, CDMX (Foto: cortesía)

Concebía la arquitectura como un arte. Para él dibujar y crear espacios, crear ambientes con luz, era algo que le apasionaba. Veía la arquitectura como una pasión.

La galería Clásicos Mexicanos rescata en esta pequeña muestra una parte de las piezas que el arquitecto diseñó (más allá de su arquitectura) a lo largo de 60 años de carrera.

Butaca Attolini, pino con asiento de vaqueta (1969) (Foto: cortesía)

El curador de la exposición, Aldo Solano, cuenta lo curioso que es cómo a partir de los muebles es posible explicar mejor la arquitectura. En el caso de Attolini, se puede ver perfectamente que la arquitectura puede ser un poco más abstracta. Hay muebles que son regionalistas pero brutalistas a la vez, conservan el discurso del material tradicional y de trabajo artesano, a la vez que se insertan al movimiento moderno mexicano.

Perfeccionista en el concepto, en el detalle le gustaba que las cosas se quedaran como la naturaleza las dejaba, no se inclinaba por el detalle fino y se puede ver, en un solo objeto, el todo del pensamiento del arquitecto. 

Silla Attolini, tablones de pino y asiento en piel (1985) (Foto: cortesía)

Con esta muestra se entiende a la perfección el sabor mexicano moderno que desarrolló el arquitecto, cuya idea es enfocarse en el adentro de la arquitectura.

Dónde: Galeria Clásicos Mexicanos
Cuándo: Hasta el 1 de febrero de 2019