En 1919, Walter Gropius decidió llevar a cabo un plan maestro. Crear una sociedad a través del arte, bajo el lema “Rethinking the World”. Hoy, 100 años después, esa ideología se convirtió en legado y punto de referencia para lo que se conoce como diseño gráfico e industrial.
En conmemoración del centenario, la Fundación de Bauhaus presentará un festival del 16 al 24 de enero de 2019, que dará inicio a un año de celebración. Bettina Wagner-Bergelt, la directora del evento, se dio a la tarea de invitar a los mejores artistas del mundo para rememorar a los grandes de la historia (Wassily Kandinsky, Oskar Schlemmer, László Moholy-Nagy, Paul Klee y muchos más).
Un espacio dedicado al aprendizaje e intercambio de ideas que se inspira en Bauhauswoche, la semana de Bauhaus, que se llevó a cabo en 1923 y en su momento fue un espacio para la experimentación, el arte, la arquitectura, el diseño y las novedades tecnológicas, cuya meta fue mezclar todas las disciplinas en una sola.
La innovación es una temática importante en el programa, y la relación entre la humanidad y las máquinas estará presente durante los ocho días que dure festival. Luces, sonidos, movimientos de color y tecnología serán los elementos clave para crear en el espectador una explosión sensorial. Una de las exposiciones más esperadas se llevará a cabo en el Das Totale Tanztheater, salón de la danza, en donde Richard Siegal mezclará a la audiencia en una coreografía virtual.
El antes…
La historia comienza con un cambio radical en la manera de pensar la arquitectura, la mano de obra como base de enseñanza y un visionario encabezando la revolución del diseño. Walter Gropius creó el 1 de abril de 1919 en Weimar, Alemania, la Escuela de Bauhaus. En ese instante la historia tomó un giro inesperado y ocho años después se inauguró la facultad de arquitectura abriendo las puertas hacia un nuevo estilo, la entrada en el movimiento moderno y la primera institución dedicada al diseño.
En 1925, por cuestiones políticas, tuvieron que trasladar el instituto a Dessau y fue entonces cuando Gropius pudo presentarle al mundo la definición exacta de Bauhaus con la construcción de un edificio para la facultad y cuyo emblema era: “La forma sigue la función”.
Gropius nombró sucesor en 1928 a Hannes Meyer, quien durante su dirección implementó una nueva ideología, “las necesidades del pueblo antes de las necesidades del lujo”. Un arquitecto indispensable para el movimiento que presentó al oficio como pieza fundamental del aprendizaje. Su periodo fue muy corto ya que en 1930 tuvo que abandonar la escuela para mudarse a Rusia por culpa de la persecución nazi.
En 1930 entra otro genio de la arquitectura, Ludwig Mies van der Rohe, rector de la escuela hasta su cierre en 1933, uno de los personajes más importantes en la escena cuyas obras más relevantes son los departamentos Lake Shore Drive, de Chicago, el Pabellón de Barcelona y la casa Tugendhat.
Un siglo después Bauhaus sigue siendo punto de referencia en el mundo y prueba de ello son arquitectos como Álvaro Siza Vieira, quien trabajó en sus inicios con Alvar Aalto, también de la Escuela de Bauhaus. Personajes más contemporáneos como Carvalho Araújo y Fran Silvestre, con una corriente “neo-moderna”, presentan tendencias parecidas con 100 años de diferencia.
La arquitectura de Bauhaus fue capaz de sobrevivir la Segunda Guerra Mundial y aunque algunos de sus edificios quedaron dañados, la República Democrática Alemana redescubrió su herencia en 1976 y el edificio académico de Gropius fue restaurado conservando su línea arquitectónica. La Fundación de Bauhaus fue establecida después de la reunificación alemana en 1994 y su misión, de carácter artístico-científico, es impulsar a todos los precursores del movimiento.