Lo que Kandinsky le dejó al diseño

Lo que Kandinsky le dejó al diseño


Desde el pasado 31 de octubre y hasta finales de enero de 2019, se exhibe en el museo del Palacio de Bellas Artes en la ciudad de México una colección de obras de Kandinsky.


Celebrando este acontecimiento, este texto explora algunos elementos clave de su obra y analiza cómo estos han influido en el diseño a lo largo de los años.

Vida, obra y pensamiento

Wassily Kandinsky (Moscú, Rusia 1866 - Neuilly-sur-Sein, Francia 1944), vivió principalmente entre Rusia, Alemania y Francia. Su obra de mayor trascendencia la realizó entre 1910 y 1944 (poniendo en contexto que la Primera Guerra Mundial fue entre 1914 y 1918, que Monet pintó Impresión, Sol naciente en 1872 y Picasso, Las señoritas de Aviñón, en 1907), formando parte de las Vanguardias y denominándose “Abstracción Lírica”.

Originalmente estudió Derecho y Economía pero a los 30 años decidió dejar su trayectoria profesional y dedicarse a la pintura. Al igual que otros artistas de la época, comenzó pintando paisajes con un estilo impresionista, pero poco a poco dejaron de ser figurativos. Aunque con elementos destacables, estas primeras obras no marcaron grandes diferencias con lo que otros pintores hacían en la época.

Improvisation 7, tormenta (1910). En este cuadro aún se aprecian elementos figurativos de la primera etapa. (Photo: Museo del Palacio de Bellas Artes)

En 1910 Kandinsky publicó el libro De lo espiritual en el arte, y a la par comenzaría también con la producción artística que finalmente le daría trascendencia dentro del arte. Su segundo libro fue Punto y línea sobre el plano. En los dos establece una visión sobre los colores, las formas y las sensaciones que estos elementos causan en el espectador. Los conceptos no eran únicamente visuales y representativos, para el pintor era un tema espiritual y filosófico.

Portada del libro "Punto y línea sobre el plano" de Wassily Kandinsky

En estos textos explica su obra y el cómo llega a los resultados, encontrando una relación entre la música y la pintura, lo que daría forma a gran parte de sus obras, que serían representaciones pictóricas de melodías, ritmos y acordes. Esta es la razón por lo que su obra se clasifica como Abstracción Lírica.

Su exploración en estos temas considera como elementos básicos a los colores, las figuras geométricas y al lienzo donde todo sucede, cada uno de ellos son sensaciones intrínsecas que impactan en el espectador. Una vez entendidos estos elementos, considera también los resultados que estos arrojan cuando se combinan entre ellos.

Wassily Kandinsky en Dresden (1905)

Las propiedades obvias que vemos cuando miramos un color aislado y se le deja actuar solo, son la calidez o frialdad del tono de color y por el otro la claridad u oscuridad de ese tono. El calor es una tendencia hacia el amarillo, y la frialdad una tendencia hacia el azul; amarillo y azul, forman el primer gran contraste y dinámica. El amarillo tiene un movimiento excéntrico y el azul un movimiento concéntrico; una superficie amarilla parece moverse más cerca de nosotros, mientras que una superficie azul parece alejarse. El amarillo es un color típicamente terrestre, cuya violencia puede ser dolorosa y agresiva. El azul es un color celeste, que evoca una profunda calma. La combinación de los rendimientos de azul y amarillo da un resultado de inmovilidad y de calma, que es el verde.

Influencia en el diseño

Uno de los grandes aportes directos que Kandinsky hizo al diseño fue su paso como maestro por la Bauhaus durante 1922 a 1933, donde impartió los cursos de diseño básico y teoría avanzada. Adicionalmente, y en forma de legado, el artista contribuyó a la teoría del diseño de dos formas: la primera, con su obra y el estudio formal que de ahí resultó; la segunda, su teoría. De alguna forma sus obras son una aplicación subjetiva y personal sobre su teoría, es decir, que la teoría en la que trabajó puede implementarse de otras formas y en otros contextos.

Uno de los posters sobre la exhibición Pequeños Mundos, con la obra Structure of corners (1930) (Photo: Museo del Palacio de  Bellas Artes)

Es interesante estudiar a Kandinsky desde una perspectiva de la semiótica moderna, o relacionar sus postulados con la actual psicología del color. Sabemos que tanto los tonos auditivos (notas) como los colores tienen una frecuencia y que los humanos podemos captar un rango determinado. En función de la frecuencia será el tono de color o la nota que recibiremos. Así, es posible relacionar colores con notas y aplicarles conceptos como el ritmo, la repetición y la potencia. Los tonos, tanto en el audio como en el color, generan sensaciones. Aunque sabemos que estas sensaciones no son universales, sí mantienen ciertas generalidades.

Es por esto que para el diseño (más allá de retomar las paletas gráficas o las composiciones geométricas que realizó Kandinsky), un elemento fundamental son sus postulados, cuyos conceptos se pueden abordar desde la arquitectura, diseño industrial, gráfico, digital y otras disciplinas. Si además de estos principios añadimos elementos propios de cada una de ellas (materiales, texturas, movimiento, vegetación e, incluso, factor humano), las composiciones y sus sensaciones se expanden...