Filosofía como pareja del diseño

Filosofía como pareja del diseño


El diseño nació de necesidades específicas y a ellas responde. Andrea Cesarman lo sabe. Llevó esta idea hace 30 años a C Cúbica Arquitectos y, hace 10, a Design Week México. Este pensamiento le acompaña en cada una de sus decisiones, todos los días. A cambio, el diseño la ha llevado a ser una de las voces más respetadas en esta escena global.


NURIA OCAÑA: Has hablado del diseño como un ejercicio que, más allá de lo estético, roza con una responsabilidad individual, ¿puedes ahondar en ello? 

ANDREA CESARMAN: A través de los años, de todo lo que he visto haciendo arquitectura y diseño, empecé a tener esta conversación conmigo misma. La gente no se da cuenta que todo lo que hace en el día a día tiene que ver con una decisión de diseño. Desde que despiertas hasta que te duermes, todo lo que tocas tiene una relación creativa. Si tu cama es alta o baja, si alcanzas el botón para apagar el despertador o no, si la cuchara de un yogurt corresponde al tamaño del vaso. Todo lo que está a tu alrededor tiene que ver con la decisión de algún creativo detrás. Eso me hace pensar lo grande o lo importante que debe ser la comunidad creativa en el quehacer de la vida diaria. Es, un poco, mi bandera.

NO: Todo esto como consecuencia, en parte, del boom del Design Thinking...

AC: Absolutamente. Pero creo que, más bien, le pusieron palabras a situaciones que ya existían. Siempre ha existido un proceso para solucionar problemas a través del diseño; ahora ya tiene nombre y apellido. En estos últimos 20 años, en general, y en México, quizá en los últimos diez, se ha solidificado la idea de que a través del diseño puedes llegar a soluciones de otros campos. 

Cuando te preguntas por qué es tan diferente este siglo, piensa por ejemplo en cómo han sido las estructuras de vida a través del tiempo. Hace siglos eras rico cuando tenías tierras, animales; después, cuando eras dueño de una industria y una mano de obra considerable. El día de hoy eres rico cuando produces una idea que se solidifica, y esto se ve en todas las empresas importantes actualmente. Uber, Airbnb, son solo ideas; industrias que se basan en el centro de una idea creativa. Eso le da mucho valor al pensamiento.

NO: ¿No encuentras un riesgo en validar que todos tenemos esta capacidad

AC: La ideología siempre es peligrosa. Pero, en un país como México, es importante valorizar la creatividad y lograr que sea sostenible; es decir, establecer que lo que piensas, vale. Quizá no podemos competir con países más avanzados tecnológicamente, pero en el desarrollo creativo hay un gran potencial.

Esto también ayuda a reconocer la importancia de la educación. No solo se trata de pensar que una idea es buena y asumir que por ello florezca; sino estudiar, documentarse, confrontar, y hacer que eso produzca otros valores. En conclusión, más que peligroso, me parece importante que suceda.

NO: ¿Qué es lo que hace de cualquier pieza, un “buen diseño”?

AC: Que tenga un balance; porque qué tanto puede evolucionar una silla o una cama y, sin embargo, año con año hay diferentes camas y diferentes sillas. Está la idea del diseño solo como algo objetual y estético. Las cosas bonitas llenan el alma y eso también tiene mucha importancia, pero deben ser funcionales no solo en un sentido práctico, sino en todos los sentidos. Eso es lo que puede hacerlo, realmente, un “buen diseño”.

La forma en que está avanzado el mundo ha llevado a un diseño cada vez más humanitario, más táctil, más enfocado a la comunidad y menos objeto en sí

NO: ¿Un equilibrio? 

AC:Sí. También está el valor que da el hecho de que, lo que diseñas, realmente resuelva un problema. Los diseñadores jóvenes se están alejando cada vez más de lo objetual y se dedican a resolver problemas reales, sociales, más complejos.

NO: Ha cambiado entonces la concepción del diseño.

AC: No. El diseño siempre ha existido para resolver un problema y ese es, siempre, el mayor reto de los diseñadores. En México ocurre desde la época prehispánica, por ejemplo. Se diseñaba una vasija de barro porque se necesitaba un contenedor para tomar agua. Eso es diseño porque resuelve una preocupación particular. Después vienen otros valores, pero hay una responsabilidad del pensamiento creativo con los problemas reales.

NO: ¿Y cuando se habla del “objeto de deseo”?

AC: Bueno, cuando se habla de diseño, la gente lo identifica como, no sé, el vestido de Karl Lagerfeld, la silla de Philippe Starck; esos objetos que realmente se convierten en “objeto de deseo”, separadas de las cosas diarias. Lo que yo intento explicar es su función para hacer tu vida más amable. Tener un buen boleto de metro, que entre y no tengas que hacer una fila kilométrica; que el baño de mujeres tenga siete retretes en vez de cinco. Esa parte que, más allá del objeto, hace tu vida más agradable.

NO: Al trabajar con el diseño urbano, ¿qué tanto se crea de la identidad de una construcción y qué tanto está ya definida por el contexto, el momento histórico, su ubicación geográfica?

AC: Un buen diseñador, un buen arquitecto, lo primero que tiene que evaluar es el contexto. Eso es lo más importante. Pero al cambiar el contexto, al intervenir en él, también se hace mejor vida. Es decir, si llegas a un desierto y construyes un lugar que aún no existe, pero que te resguarda del sol, es un buen diseño. Son diferentes capas.

NO: ¿Encuentras tendencias que se estén trasladando hoy a México?

AC: Depende del tipo de diseño del que estemos hablando, pero sí, por supuesto. México es uno de los países que más ha absorbido y que mejor ha reinterpretado los diferentes movimientos plásticos del mundo, el Art Nouveau, el Art Deco; mira, por ejemplo, el Palacio de Bellas Artes.

Obviamente siempre estás influenciado por movimientos globales, más hoy que la comunicación es tan grande y tan inmediata, y eso es algo bueno. Pero en este país hay mucho arraigo y estamos muy honrados de nuestros procesos artesanales. Ahora se está buscando cómo unir esto con la tecnología, principalmente en diseño industrial y en arquitectura. Los arquitectos están tratando de recuperar metodologías y tipologías ancestrales para crear diferentes espacios con las tecnologías contemporáneas.

NO: Si no te dedicaras al diseño, ¿qué trabajo elegirías?

AC: La verdad, antes de estudiar Arquitectura, iba para Filosofía y letras. Así que, no me cuesta mucho trabajo decir que lo mío, lo mío, es la lectura y la filosofía.

Fotografías de Fabian ML
*ESTE ARTÍCULO FORMA PARTE DEL VOLUMEN 01 DE LA REVISTA CONTAINER